¿Quiénes somos?
Somos una familia que fue restaurada por JESÚS en la Ciudad de México, una familia que cambió para siempre por la gracia de DIOS en 2012. Conmovidos por el amor y la salvación que encontramos en Cristo, nos inspiramos para una gran misión, difundir el mensaje de esperanza y fe a los demás.
Hoy, impulsados por la restauración de nuestra familia por parte de Dios, dedicamos nuestro tiempo a servir y contar nuestra historia en las cárceles, centros de rehabilitación y dondequiera que Dios nos lleve.
Ofrecemos ayuda y amor a los necesitados mientras caminamos por las calles, siempre buscamos en familia nuevas formas de compartir nuestra fe con más personas. A través de oraciones fervientes y una devoción inquebrantable, recibimos una revelación divina. El Señor nos mostró una forma más para difundir la palabra de Dios a través de la creación de camisetas significativas e impactantes. En 2013, con mucha fe y determinación, lanzamos una marca de ropa que transmite el mensaje de salvación y amor.
Nuestras camisetas no son solo prendas, sino herramientas poderosas para la evangelización. Son diseños para llegar a quienes ya celebraban el nombre de Jesús y tambienpara quienes apenas comienzan su camino espiritual.
Todos nuestros productos son elaborados con elegancia, creatividad y muchas oraciones, reflejando el compromiso y la pasión por difundir el mensaje de salvación.
El objetivo es simple, pero profundo: Oramos para que nuestra ropa sea una semilla plantada en buena tierra y que sea de mucha bendición para el cuerpo de Cristo.
El sello de Propiedad de Dios en nuestra familia se ha convirtió en un faro de esperanza, tocando vidas y difundiendo luz en el mundo. A medida que continuamos en el ministerio, la fe, el amor y la dedicación de nuestra familia iluminan el camino para muchos amigos y hermanos, guiándonos hacia el cálido abrazo del amor inquebrantable de Dios.
Nuestra historia se ha convertido en un testimonio del poder transformador de la fe y el alcance ilimitado del amor.
2 Corintios 1:22
Nos selló como propiedad suya y puso su Espíritu en nuestro corazón como garantía de sus promesas.